Fernando Alonso, el piloto de Fórmula 1 que actualmente forma parte del equipo Alpine, en su larga trayectoría ha formado parte de diferentes escuderías y ha pilotado diferentes coches que en algunos años han sido motivo de queja y justificación para no ganar el campeonato. Tener un buen coche puede aportar una ventaja competitiva que sumado a la destreza de conducir del piloto y la estrategia del equipo, puede hacer ganar o quedar muy lejos de hacer podio en el mundial. Muchos de los expertos comentan que el coche que pilotó Alonso el 2005 cuando formaba parte de la escudería Renault era un muy buen coche y le hizo destacar del resto hasta ganar con autoridad pero, ¿qué pasaría si hiciéramos el ejercicio de competir en el 2021 con ese coche?
Directamente, siguiendo las normas de la FIA, no podría competir. Las diferentes actualizaciones de las reglas han ido mejorando las condiciones de los coches para que sean más eficientes, cómo por ejemplo la restricción presupuestaria que obliga a los equipos a utilizar como máximo 4 motores en cada temporada. Eso obliga a fabricarlos mucho más resistentes y eficientes. También podríamos hablar de los cambios en el morro, haciéndolo en sentido ascendente y no descendente como en esa época o la aleta de tiburón que ha ido modificándose para rascar milésimas de segundo al crono.
Pero los cambios más significativos no han sido exclusivamente para ir más rápido, sino han ido enfocados a la mejora en la seguridad del conductor. La diferencia a simple vista en el coche del 2005 y el actual es una pieza delante del conductor llamado halo, elemento de seguridad que se implementó obligatoriamente en los monoplazas en 2018. Se trata de una estructura triangular que rodea al piloto por encima y delante y que protege su cabeza en caso de impacto sobre todo frontal.
Hay otras modificaciones no tan visibles como en las ruedas que deben llevar 2 retenedores para evitar su desprendimiento en caso de colisión. También se introducen variaciones a nivel de carrera, se introduce el Safety Car Virtual, se reduce la velocidad en el pit lane o se colocan leds en el coche para indicar la aparición de banderas durante la competición.
Y estaréis pensando, ¿qué hace una consultora tecnológica hablando de coches? Muy fácil, seguimos encontrado empresas que con un software de inicios del 2000 quieren competir con empresas que tal vez ya han nacido digitales y en algunos casos, teniendo una estructura menor, son mucho más rápidos sirviendo a sus clientes u ofrecen un plus de servicio más cercano ya que utilizan los datos para ser, en definitiva, más eficientes. Pero también nos parece un buen paralelismo la evolución en seguridad. A veces no destacamos suficientemente un aspecto más racional y no tan vistoso, pero no tenerlo en cuenta nos puede hacer parar la actividad de la empresa o perder toda nuestra información. Si nos centramos en el software con el que trabajamos más de 25 años que en su día se llamaba Navision y ahora Business Central, ha evolucionado en muchos aspectos, la más visual, su aspecto, pero la más importante, la manera que tenemos de acceder o interactuar con él.
Entendíamos Navision como una aplicación que abríamos en nuestro ordenador de la oficina e introducíamos los datos o nos retornaba información basada en informes preconfigurados y fijos. Con Business Central pasamos a acceder al ERP en un navegador desde cualquier lugar o desde otras aplicaciones como Teams. La información fluye mucho más libre y se explota en aplicaciones como Power BI de una manera más visual. El paradigma es totalmente diferente. No podemos comparar ya que son escenarios totalmente diferentes y necesitan de un enfoque de manera de trabajar en dos épocas distintas. Nuestra manera de trabajar ha cambiado en 25 años y las herramientas que utilizamos para hacerlo sin duda han tenido que amoldarse. Cuando hablábamos de los coches de Alonso, decíamos que directamente el coche con el que ganó el mundial no podría competir en el campeonato actual. Era un gran coche y seguramente sigue siéndolo, mucho mejor que otros coches que se fabrican en la actualidad, pero tiene deficiencias a nivel de seguridad, materiales o innovaciones que hacen que no pueda salir a la pista. Pues igual con el tema que nos ocupa, el software que utilizamos en nuestra empresa. Navision es un gran software, robusto y estable. Pero le hemos tenido que añadir tantos parches para que se adapte al paso de los años que lo hacen mucho más vulnerable en temas de seguridad y del todo ineficiente en temas de rendimiento. Además no nos sirve para las nuevas modalidades de trabajo que se están implantando. Hablamos de entornos híbridos y eso necesita facilidad de acceso a las aplicaciones para poder trabajar desde cualquier lugar, sin tener quebraderos de cabeza al abrir accesos a nuestro servidor y tener que hacer inversiones altísimas que sólo serviran a corto/medio plazo ya que queramos o no, el futuro es cloud y todas estas inversiones no se habrán podido amortizar en el tiempo suficiente.
En conclusión, el hecho de actualizar nuestros sistemas ya no es sólo para mejorar nuestros procesos, trabajar visualmente con una solución más limpia o reducir costes de estructura, sino estamos hablando de seguridad y de continuidad de nuestro negocio. No hay Fórmula 1 sin pilotos, por lo que la seguridad de ellos es vital, pues en nuestro caso, no hay ERP si no podemos acceder a él. No nos podremos adaptar a los nuevos tiempos y competiremos en inferioridad de condiciones. Si no quieres ser como Alonso quejándose de su coche, únete a la escuderia Olivia y te ayudaremos a ganar el mundial.
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