Muchas empresas creen que el hecho de trabajar con un ERP es para empresas grandes y con una trayectoria suficiente que justifica la inversión de implantar un software que les permitirá trabajar como es debido. “Hasta ahora hemos podido tirar con excels y ahora ya necesitamos una cosa más seria”, esta frase la he oído muchas veces cuando una empresa contacta con nosotros. Y pienso, ¿por qué no empezar a trabajar bien desde el principio?
En los inicios de toda empresa, parece que focalizarse en fortalecer el producto o servicio y su valor añadido no va ligado con establecer una manera de trabajar productiva y ordenada. Asociamos la necesidad del uso de un software de gestión cuando el volumen es alto e incontrolable con papel o archivos excel en diferentes carpetas distribuidas por meses y años. ¿Y si estamos perdiendo ventas por que no somos lo suficiente rápidos o eficaces? Esta pregunta aparece cuando vemos que el mercado está aceptando bien nuestra oferta y tenemos que decir no a alguien. Entonces nos planteamos realizar una inversión para que no nos vuelva a pasar y como nos van bien las cosas, ahora si que nos merecemos trabajar con herramientas “de primer nivel”. Este enfoque tal vez antes podría tener sentido, pero gracias a la democratización del cloud pensar esto, lo único que hace es frenar el crecimiento, incrementar las inversiones y no ser competitivos desde el principio.
- Frenar el crecimiento: Estamos aplazando el despegue a un momento del tiempo que tal vez ya es demasiado tarde. Muchos negocios tienen un repunte de actividad que les hace estar en lo más alto de la ola y después llega la fase de madurez donde se estancan las ventas.
Si decidimos realizar el paso a empezar a trabajar con un ERP cuando estamos en la fase de madurez, habremos perdido muchas ventas cuando estábamos disfrutando del crecimiento y la curva va a ser mucho más plana. Realmente trabajaremos con herramientas mejores cuando el ritmo no es tan elevado y mucho más controlado que al principio cuando tenemos menos recursos y el estrés nos hace tal vez no dar un buen servicio. Ya sabemos que estamos claudicados a los comentarios en las redes, por lo que un mal servicio puede arruinarnos una tendencia al alza.
- Incrementar las inversiones: Realizar una implantación de un ERP al cabo de un tiempo de estar trabajando sólo va a incrementar la adecuación de los “malos vicios” al nuevo entorno de trabajo. Es inevitable, nuestra cultura empresarial es muy complicada de cambiar simplemente por el hecho de decidir implantar un ERP. Esta decisión tiene mucho más recorrido, por lo que cuanto antes se realice, menos tics va a heredar y más fácil va a ser su adaptación a los procesos del día a día.
- No ser competitivos desde el principio: Competir con los gigantes como Amazon para las pequeñas o medianas empresas es imposible. Porque estos gigantes, uno de sus principales valores añadidos es el servicio que pueden ofrecer al cliente. Tener un ERP no va a resolver mágicamente la competición con ellos, no nos engañemos, pero si que tener mejor controlado tu volumen de actividad va a mejorar la experiencia de tu cliente, que puede que repita o comparta con sus conocidos. Hay ciertos servicios que los usuarios empiezan a tomar como “normales” en la experiencia de compra. El usuario puede renunciar a alguno porqué ese producto o servicio ha despertado su curiosidad, pero le va a ser complicado renunciar a todos.
No hagas para mañana, lo que puedes hacer hoy. Así de simple. Aplazar la decisión de trabajar teniendo la tecnología como aliada puede llevar consecuencias que tal vez es demasiado tarde para solucionar.